La Moral Heroica

De lo que voy a tratar de explicar a continuación, casi nada ha salido de mi invención. Es una recopilación de pensamientos de mentes brillantes y sobre todo de un elemento de la literatura clásica. El héroe.
Me pareció bueno dedicarle algunas líneas a esto, ya que me manifiesto totalmente en acuerdo con estas reflexiones y pensamientos. Algo raro, porque no suele suceder esto en mí. Casi nunca estoy completamente de acuerdo con algo, sobre todo porque dudo del valor de mis propias opiniones, como expresiones de mis pensamientos con las cuales estoy amigado y seguro de su certeza. En fin…
Puntualmente ahora voy a tratar de describir con mis palabras al “Héroe”. Este personaje maravilloso, en sus características provenientes de la España de la edad media (sobre todo), se manifiesta ante nosotros con algo central y propio de él, esto es, una moral heroica. Es decir, que sus deseos y anhelos están representados por el peligro constante, por arriesgarse a ganar o perder, por jugarse, por tener el valor de la valentía y el honor, antes que el del bienestar y el cálculo. Es una forma de vivir extraordinaria. El Héroe épico trata de vivir buscando siempre aventuras, someterse a las sorpresas de la vida, no planear nada. Y una de las cosas más imponentes y admirables es que arriesga su vida entendiendo perfectamente su condición de finitud. Como lo hacían los caballeros de la mesa redonda, que a propósito se insertaban en los bosques franceses para tener aventuras.
Para seguir alabando esta figura diré que no le importa perder, solamente arriesgarse. En la aventura encuentra su alimento, el alimento del alma.
Contrariamente a esto, en el tiempo que nos toca vivir, encontramos que los valores del héroe (o los cercanos) han sido totalmente desterrados. Este último siglo, más acusadamente, se fue instaurando, con la ayuda de los medios de comunicación, una moral que predomina sobre todas las demás. La moral burguesa. Las características de esta son propias de la clase media occidental. Es decir, totalmente en contradicción a la heroica, se profesa una moral anti héroe.
Voy a tratar de describir como lo hice anteriormente. Las características de la moral burguesa son aquellas que buscan no arriesgar nunca nada, siempre obedecer, siempre tomar precauciones ante toda actividad futura, lejana o cercana, “poner mosquiteros” para atajarse por si algo pasa, especular cada movimiento, nunca jugarse, tener dos o varias apuestas para estar preparados por si falla alguna de las otras. Es una vida totalmente fuera de la aventura, una vida portadora de “paraguas por si llueve”. Una vida poco emocionante.
Yo se que en el mundo de hoy, dirán, es necesario rescatar algunas de las características de la moral burguesa. Pero yo propongo no alejarse mucho del héroe. Propongo vivir la vida como se presenta, entregarse a la dignidad de un gran corazón y espíritu, jugarse, ir a buscar aventuras que pongan algo en riesgo, arriesgarse a perder para ver si podemos tal vez ganar. Dejar de pensar que solamente lo feliz enriquece la vida y entender que los momentos de felicidad son gratísimos siempre y cuando estos estén separados por períodos de tristeza producto del resultado de la aventura que hoy nos toco vivir. Ya que la felicidad permanente volverá nuestras vidas aburrida y lejanas al pensamiento, y sobre todo lejanas del amor, que necesita del peligro constante, del deseo, de jugarse y salir a ganar o perderlo todo.
No encontrar esto como algo que va a acabar con nuestra vida, sino todo lo contrario, encontrarlo como una preparación, un alimento para el alma, un consejo que nos empuja a seguir apostando la última carta. Propongo tratar de ser héroes de nuestras propias vidas. Y así morir con al menos una certeza que nos diga, “lo he intentado”.

Ariel Ruocco