"Desengaño de amistad"

La atracción de los cuerpos que lo convierten en uno y fusionando sus emociones convirtiéndolas en aparejadas sensaciones compartidas por sus almas vagantes en un mundo errante. Atraídas por el cariño que han de sentir y por la fuerza que ayuda a sanar sus heridas. Son almas gemelas en un desierto confuso, almas que se entienden en un océano que casi nadie entiende. Siempre presentes, sin importar el momento, la hora, el lugar del acontecimiento, sea banal o carnal, siempre presente en un relámpago de ternura que pareciera eterno a los ojos de los mortales. Nostalgia pura, ausencia dolorosa, anhelando la presencia de una nota, carta o mensaje que alivie el vacío de sentirse lejos. Abrazo inseparable, cariño verdadero es el que sienten aquellas almas que lo entienden; que entienden este sentimiento de amistad que se basa y refuerza en la confianza del sano pensamiento de tu “amigo” para ti y la perpetua esperanza de volverlo a acompañar para poder contar así con aquella sonrisa que alegra y sostiene la pura unión amistosa.
Pero el mundo es mundo y en él está el engaño. ¿Y por qué razón ha de saltarme? Si soy parte de este mundo que tiene un paquete de bienvenida en el cual se acepta tanto el amor como el odio, tanto la amistad como el engaño. Entonces siento que me sueltas la mano y me dejas a la deriva con tu daga más pesada clavada en mi espalda, con un nombre grabado en ella. El nombre que te obligo a lastimarme para poder saciar tus deseos de mi amada. Deseos de poseerla aunque de mis sentimientos la arrancaras como una flor que acaba de nacer en el barro, depositando mis esperanzas en ella. Sin importarte nada, la has tomado para ti, como si de mi desconociera aquella alma ahora lejos de mi vista pero siempre en mi corazón; se ha ido. Siento el desengaño, siento la traición que tú me has provocado. Ho pobre alma que no entendiste lo que juraste entender aquel día que abrí mis brazos para abrazarte y jurarte cariño eterno, amistad para ahora y siempre. Ho maldito cuerpo sin corazón que en cuartadas de egoísmo tratas de saciar tus propios deseos lujuriosos, que no maldigo jamás, pero si lo hago cuando tus anhelos me lastiman a mí que encalle con mi alma en la tuya entregándote mi confianza y secretos más oscuros que ahora sabes y despliegas a cielo abierto como si de noticias se tratara, para ser recibidos, mis pesares de alma cerrada, por corazones que solo entienden sus espíritus consumistas de sentimientos poco profundos.
Ahora entiendo, mas yo era el que no entendía que era imposible llevar una amistad contigo. Y ahora vete alma que he amado por siempre, vete y contigo mis sueños de una vida juntos… Y ahora tu con él. Más sé que no va a perdurar ese amor fingido, porque son almas llenas de dolor y engaño. Serán prósperos hasta que no puedan evitar derramar sus peores sentires en el otro, porque sus corazones no han cambiado. El que lo ha hecho es el mío, porque ya no te tengo en él. Te hablo a ti, pasada amistad que eras la importante en esto. Ahora engañado, sin consuelo, desesperado y casi muerto, comprendo que no es mío el perdón. Mal podrías seguir quitándome sentimientos y pensamientos, que ahora también quieres mi perdón. Pues yo no lo merezco, y tampoco tu aunque lo reclames. Ahora déjame morir aquí y ahora, que tus palabras solo entierran mas la daga que desde la espalda ya atraviesa mi corazón.